La esclavitud en el México virreinal

La esclavitud es un sistema económico que suele asociarse con las grandes potencias colonizadoras europeas, por lo que trae a la mente la imagen de ciudades del Viejo Mundo construidas con base en el abuso de familias secuestradas, separadas y maltratadas venidas principalmente de África. Lo que no suele asumirse como una consecuencia natural de la popularidad de la esclavitud en las grandes potencias europeas desde tiempos antiguos es que para cuando esas potencias establecieron colonias en América, la esclavitud no sólo seguía en boga, sino que además fue aplicada también en las sociedades coloniales. Así sucedió con la Nueva España.

Ya en un testimonio recogido por informantes indígenas de fray Bernardino de Sahagún sobre el primer encuentro entre la población azteca de Tenochtitlan y los conquistadores españoles liderados por Hernán Cortés se menciona cómo los aztecas no sólo tomaron a los conquistadores de piel blanca como figuras divinas por sus artefactos novedosos y su indumentaria inusual, sino que vieron a sus esclavos africanos y afrodescendientes, que los acompañaban en la travesía por el océano Atlántico desde España, extrañados, también como figuras divinas, como «divinos sucios» (León Portilla, 2003, p. 50).

Se calcula que desde el momento en que los españoles llegaron al México antiguo (que se convertiría en la Nueva España) en el siglo XVI, y hasta finales del siglo XIX fueron 12.5 millones los esclavos africanos y afrodescendientes que fueron transportados a la fuerza para cumplir con trabajos forzados en el virreinato (Secretaría de Cultura, 2019). La mayoría de esos esclavos fueron introducidos de contrabando, ya que se estima que sólo entre 250 y 500 mil llegaron de manera legal (ibid.). En las ciudades más grandes de la Nueva España la población esclava llegó a representar hasta una tercera parte de la población total (Sala, 2020).

Aunque el primer intento importante por abolir la esclavitud en México fue el firmado por Miguel Hidalgo el 6 de diciembre de 1810, meses después de comenzada la insurgencia que culminaría con la independencia del país con respecto de España, no fue sino hasta que la independencia ya había sido consumada que en septiembre de 1829 el entonces presidente Vicente Guerrero emitió un decreto donde se abolía definitivamente la esclavitud en el territorio mexicano (CNDH). Fue entonces que México se convirtió en un punto de llegada de esclavos que escapaban del sur de Estados Unidos, donde la esclavitud seguía siendo legal, para poder obtener de esa manera su libertad. Según cálculos, entre 5000 y 10,000 esclavos lograron huir de esa manera a México entre 1821 y 1865 (Bermúdez, 2021).

Como todas las problemáticas sociales históricas, la importancia de recordar los detalles de la esclavitud y su abolición, incluso en regiones geográficas no inmediatamente asociadas con ella, como México, reside en reconocer cuán frágil es en realidad el tejido social cuando el abuso y la desvaloración de la vida humana se imponen en una sociedad para poder así prevenir que eventos derivados del abuso puedan tomar lugar de nuevo.