Como ya se ha mencionado en este blog, a pesar de que la educación es un proceso relacionado en el imaginario colectivo con aulas llenas de niños, con la juventud y con la desocupación profesional, uno de los puntos clave para entender la problemática de la educación en una sociedad que todavía sufre graves rezagos con respecto a ella consiste en aprender a concebir la educación y el aprendizaje como un proceso sin límite de edad máxima, donde, por el contrario, el objetivo debería ser que todas las personas, sin distinción de edad, puedan acceder a la educación para mejorar su calidad de vida al tener un mayor acceso a oportunidades laborales en un mundo moderno donde la escolaridad cada vez más alta y la profesionalización son requisitos universales.
En México existen cerca de 4.5 millones de personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir (INEGI), que aunque representan sólo el 4.7% de la población total y un porcentaje que consistentemente ha estado reduciéndose durante las últimas cinco décadas (ibid.), es un número que no debe pasarse por alto al pensar en las soluciones que se ofrece a los ciudadanos interesados en aprender para que su calidad de vida sea mayor, ya que incluso dos de los cuatro indicadores tomados en cuenta en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se refieren exclusivamente al acceso a la educación de la población de los países (México Social, 2019).
Es importante asimismo recordar los pasos que se han tomado ya con éxito en el pasado para facilitar el acceso educativo de la población interesada en aprender, especialmente en los grupos de edad avanzada, que son los que tienden a mostrar un rezago educativo mayor y son quienes más consistentemente muestran mayores porcentajes de analfabetismo (INEGI). El 31 de agosto de 1981, por ejemplo, vio en México la creación del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), coordinado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), que pretende precisamente facilitar y enfocar los esfuerzos para la culminación de estudios de nivel primaria y secundaria en los ciudadanos de 15 años y más y facilitar su formación para el trabajo (CNDH).
Es indudable al observar las estadísticas ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadístico y Geografía (INEGI) el efecto positivo que un esfuerzo humanista por facilitar el acceso a la educación de grupos poblacionales rezagados o marginados puede tener, ya que son prueba de la disminución del analfabetismo dentro de grupos de edad antes azotados por él. Es este compromiso con el acceso a la educación en un país que la necesita tanto como México lo que, además, ha abierto la puerta a instituciones como la UNIDEV, que se debe a sus estudiantes y les entrega un modelo sencillo para continuar su educación media superior, que es un paso decisivo en el alcance de las expectativas profesionales y académicas modernas.
Referencias
—CNDH. (s. f.). Creación del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. https://www.cndh.org.mx/noticia/creacion-del-instituto-nacional-para-la-educacion-de-los-adultos
—INEGI. (s. f.). Analfabetismo. Cuéntame de México. https://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/analfabeta.aspx?tema=P
—México Social. (2019, 1 de febrero). México y su desarrollo humano. https://www.mexicosocial.org/mexico-y-su-desarrollo-humano/