Yucatán

Yucatán es ejemplo en México de cómo la conservación de los rasgos culturales originarios de una sociedad pueden ir de la mano de la atención a la integración social de las comunidades indígenas en el panorama de las necesidades educativas y profesionales que el mundo moderno exige. Yucatán es uno de los estados con la historia de integración territorial al país más controvertida: no sólo se separó del primer Imperio mexicano establecido tras la victoria de la guerra de Independencia en 1821, sino que volvería a separarse del país en dos ocasiones más (en 1823 y en 1841) para formar la República de Yucatán; finalmente, del territorio yucateco se desprenderían los que se convirtieron después en los actuales estados de Campeche (en 1863) y Quintana Roo (en 1902).

Hasta antes de la llegada de los conquistadores españoles, el territorio que hoy ocupa Yucatán era conocido en la lengua maya yucateca como Mayab, y de este nombre se derivó el mismo término maya. Hoy en día, es tan importante la presencia de los grupos étnicos en el estado que Yucatán tiene una de las tasas de hablantes de lengua indígena más altas del país (24 de cada 100 yucatecos mayores de tres años hablan alguna lengua indígena, comparados con los seis de cada 100 del promedio nacional). Esta trascendencia además se ve reflejada, por ejemplo, en su patrimonio culinario, ya que la cocina yucateca comprende platillos (como la cochinita pibil, la sopa de lima o el queso relleno) con influencias mayas, caribeñas, españolas y de culturas del norte de África y de Medio Oriente; y en su patrimonio arquitectónico, ya que en Yucatán se ubican sitios prehispánicos emblemáticos como el de Chichén Itzá.

Como se mencionó antes, este esfuerzo de conservación de un patrimonio milenario en Yucatán no le ha impedido desarrollarse en sus campos académico y profesional, como sí suele suceder cuando los esfuerzos políticos enfatizan una integración homogeneizadora de las comunidades indígenas que puede terminar por difuminar sus rasgos culturales. En promedio, el estudiante yucateco cumple sus estudios hasta alcanzado poco menos que el primer año de bachillerato, es decir, 9.6 años de educación, apenas por debajo del promedio nacional de 9.7 años.

Asimismo, aunque también por debajo del promedio nacional, el valor monetario anual de todos los bienes y servicios generados en promedio por habitante (llamado producto interno bruto per cápita o PIB per cápita) en Yucatán es de $107,364 pesos (para comparar, el PIB per cápita a nivel nacional es de $127,425 pesos), lo que, de nuevo, es destacable por el esfuerzo yucateco de integrar a sus comunidades indígenas a las exigencias profesionales de la globalización.

Como puede verse, el estado de Yucatán sirve como muestra de que los esfuerzos por facilitar el acceso educativo de sectores poblacionales típicamente marginados no tienen por qué restar importancia a los esfuerzos de integrar a tales sectores poblacionales con el objetivo de mejorar su calidad de vida, para lo que la educación siempre será la mejor inversión. Esta lección sirve como recordatorio a la UNIDEV de su compromiso siempre presente de ofrecer a sus estudiantes, desde cualquier punto del país, acceso a un plan de estudios de nivel preparatoria integral y avalado, para el que se requiere sólo un dispositivo conectado a internet.

En Yucatán, como en toda la República, la UNIDEV refrenda su compromiso para con sus estudiantes innovando la educación en México.