Tabasco

Tabasco posee características históricas y naturales que lo distinguen dentro de México: además de tener la particularidad, a diferencia de la mayor parte del país, de contar con lluvias de manera constante todo el año, es también dentro de sus fronteras donde se ubica La Venta, el sitio arqueológico de mayor relevancia de la cultura olmeca (considerada como la madre de todas las culturas mesoamericanas, que alcanzó su auge en esta región de México cerca del año 800 a. C.), que hoy todavía es punto importante para turistas y arqueólogos.

Tabasco, como algunos otros de los estados del sureste mexicano, debe una parte importante del valor monetario total de todos sus bienes y servicios generados a lo largo de un año (llamado producto interno bruto o PIB) a su minería petrolera, ya que cuenta dentro de su territorio con yacimientos ricos en petróleo y gas natural. La industria de la producción de petróleo le ha permitido, por ejemplo, contar con el cuarto PIB per cápita (es decir, el valor total de los bienes y servicios generados promediados por habitante) más alto de todo el país, de $180,564 pesos anuales por habitante, y ha contribuido en décadas recientes a combatir las condiciones de pobreza que durante años se han asumido como una manifestación de los obstáculos para el desarrollo social de la población tabasqueña, pero no ha logrado erradicarlas. Hoy en día, Tabasco es todavía uno de los estados con el mayor número de población viviendo en la pobreza: el 54.5% de los tabasqueños se encuentran dentro de esta categoría, y el 13.7% vive en condiciones de pobreza extrema.

La persistencia de la pobreza en Tabasco puede verse también reflejada en otros aspectos de su vida social: el 37.4% de sus habitantes no tienen una actividad económica que les genere ingresos y el 41% vive en zonas rurales, lejos de las ciudades, donde el acceso a servicios de salud está más obstaculizado (por ejemplo, el 31.5% de la población no tiene afiliación a ninguna institución de salud), así como el acceso a los servicios educativos, lo que fuerza a los ciudadanos a desplazarse largos trayectos para poder acceder a los centros que ofrecen estos servicios y que en muchas ocasiones no se encuentran en buenas condiciones.

En materia educativa, Tabasco tiene un grado promedio de escolaridad de 9.7 años, lo que significa que el estudiante tabasqueño abandona sus estudios, en promedio, poco antes de haber completado su primer año de preparatoria. La tasa de deserción escolar, en especial en el rango de edad del nivel bachillerato, como en todo el país, suele atribuirse precisamente a la dificultad de acceso de los alumnos a los planteles educativos, los costos que representan los trayectos y los gastos regulares en relación con la escuela misma.

Lo que se vuelve evidente al observar el nivel educativo de Tabasco y las condiciones económicas bajo las cuales vive la mayoría de sus habitantes es que el descuido sistemático de sectores desfavorecidos de la población puede conducir a circunstancias tan contrastantes dentro de un estado como poseer uno de los PIB per cápita más altos del país a la vez que se tiene a más de la mitad de la población viviendo en pobreza.

El reconocimiento de esta realidad y del hecho de que, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un solo año más en el grado de escolaridad de un país puede contribuir al aumento de entre 4 y 7% del PIB per cápita es el motor que da la convicción a la UNIDEV de que no puede existir mejor inversión para una sociedad necesitada de mejores opciones profesionales que la educación. Es por eso que la UNIDEV pone a disposición de sus estudiantes un plan de estudios integral con el que puede certificarse el nivel bachillerato en apenas cuatro meses sólo contando con un celular conectado a internet, desde el cual poder acceder al contenido educativo en cualquier punto del país, con total disponibilidad de horarios.

En Tabasco, como en toda la República, la UNIDEV refrenda su compromiso para con sus estudiantes innovando la educación en México.