fbpx

La creación en México de la píldora anticonceptiva

Como se ha visto antes en este blog, debido a una concepción conservadora generalizada en torno a la constitución de la familia y las funciones de sus integrantes, es la mujer quien suele recibir en todo el mundo la mayor parte del peso sociocultural de la crianza de los hijos. Es por esta asignación conservadora de roles de crianza familiar, por ejemplo, que un embarazo no planeado, en especial durante la adolescencia, no sólo tiene un impacto físico y emocional significativo evidentemente más marcado en la mujer, sino que ese impacto se traslada también al ámbito profesional de forma dramática, ya que, para una mujer adolescente ―de la que suele esperarse, tras el parto, que abandone o interrumpa sus estudios y comprometa su disponibilidad laboral―, un embarazo puede representar una reducción de entre el 1% y el 30% en las ganancias monetarias que percibirá durante el resto de su vida en comparación con los ingresos de las mujeres que tienen la oportunidad de planificar su embarazo hasta después de la adolescencia (United Nations Population Fund, 2014). De esta forma, la concientización en torno a la importancia de la planeación de los embarazos desde edad temprana es una estrategia no sólo dirigida a la construcción de una sociedad de oportunidades más justas para mujeres y hombres, sino también dirigida a la ruptura de ciclos de pobreza que suelen asociarse con los embarazos no planeados en edades tempranas (ib.).

 

A este respecto, un aporte trascendental de México que suele ser ignorado en la historia de la ciencia es el del químico Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, que contribuyó de manera determinante al inicio de la llamada «liberación sexual» iniciada en la década de 1960 en países como Estados Unidos («Cómo América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva», 2018), por medio de la cual se hizo oír la voz de una generación que exigía el respeto a los derechos sexuales especialmente de las mujeres, a las que por tradición se sometía a estándares de conducta en torno a la sumisión y la pasividad (Guzmán, 2019).

 

Cuando todavía era estudiante de la Escuela de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y con sólo 26 años, Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, originario de Nayarit, estaba trabajando en 1951 como becario para el laboratorio mexicano Syntex, que había estado estudiando el barbasco cabeza de negro, una planta endémica de los estados de Oaxaca y Veracruz usada desde hace siglos por las comunidades indígenas («Barbasco», 2023; Guzmán, 2019; Juárez Sánchez y Ramírez Venancio, 2024). Aunque el objetivo de la investigación de Syntex fue inicialmente buscar una sustancia que produjera el aborto en las mujeres, encontraron en esa variedad de barbasco propiedades anticonceptivas (Guzmán, 2019); sin embargo, el costo de extraer la sustancia de la planta, debido a su escasez, dificultaba su aprovechamiento con uso médico (ib.).

 

El mérito del mexicano Luis Miramontes estuvo precisamente en que fue él quien logró, el 15 de octubre de 1951, sintetizar dentro del laboratorio la noretisterona (Guzmán, 2019), que es la hormona capaz de bloquear la ovulación al reproducir la función del componente activo del barbasco natural («Cómo América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva», 2018), y esta hormona se convirtió en la sustancia activa de la píldora anticonceptiva (Guzmán, 2019). Miramontes terminó por compartir la patente del descubrimiento con los accionistas y directores del laboratorio, ambos extranjeros (uno austriaco y otro húngaro; Juárez Sánchez y Ramírez Venancio, 2024); sin embargo, a pesar del reconocimiento concedido por sus colaboradores sobre su papel protagónico en la investigación, la empresa fue la que se quedó con el derecho de comercialización de la patente del componente químico, así que, en tanto los directivos de Syntex se volvieron millonarios al comenzar a producirse y venderse la pastilla anticonceptiva (Guzmán, 2019), para Miramontes el descubrimiento no representó ningún ingreso financiero adicional (Juárez Sánchez y Ramírez Venancio, 2024).

 

Diez años después de que Luis Miramontes lograra sintetizar la hormona, y después de un período en Estados Unidos de pruebas clínicas en humanos controversiales por su falta de ética («Cómo América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva», 2018), la píldora anticonceptiva salió al mercado en Estados Unidos en 1961 (Guzmán, 2019). Aunque su venta dio pie a polémicas originadas entre grupos religiosos conservadores que consideraban su uso como pecado (ib.), su uso terminó por reflejarse en una participación femenina más igualitaria en el mercado laboral, debido a la oportunidad que representó para las mujeres de tener un control más efectivo y libre sobre su propia sexualidad y sobre su decisión de continuar su desarrollo profesional hasta el momento en que decidieran o no formar una familia. Como testimonio de su aceptación entre las mujeres está el hecho de que sólo cinco años después de que se comenzara a comercializar, la píldora anticonceptiva ya era utilizada por cerca de 6.5 millones de mujeres y en la actualidad son más de 100 millones quienes la usan como medida preventiva del embarazo («Cómo América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva», 2018).

 

Después de su descubrimiento, Luis Miramontes se convirtió en uno de los académicos fundadores del Instituto de Química de la UNAM en la década de 1960 y murió en la Ciudad de México en 2004 (Guzmán, 2019). En el año 2000, la noretisterona inventada por Miramontes fue nombrada como una de las invenciones más significativas de la historia de la humanidad en los últimos 2000 años por personalidades entre las que se incluían ganadores del premio Nobel y, en el 2003, como una de las moléculas más importantes de la historia. Asimismo, en 2005, la Academia Mexicana de la Ciencia reconoció la noretisterona como la mayor contribución científica de México en la historia, de la misma forma en que la oficina de patentes de Estados Unidos llegó a considerarla uno de los 60 inventos más trascendentales de la humanidad (ib.).

 

La aparición de la píldora anticonceptiva gracias al ingenio de Luis Miramontes, como está claro, no conllevó una solución inmediata a la resistencia de los sectores más conservadores de la sociedad, que aún hoy pueden ver con desconfianza la posibilidad de que las mujeres estén a cargo de su sexualidad y, por tanto, de aspectos cruciales de su vida como el desarrollo académico y laboral más allá del rol tradicional femenino de la madre de familia dedicada a la crianza. Sin embargo, queda la consigna de que fue un mexicano quien contribuyó, incluso sin recibir el reconocimiento merecido, a la construcción de un mundo moderno encaminado, con suerte, al pleno gozo de todos los individuos de una libertad sexual responsable y justa.

Referencias

—Barbasco. (2023). Diccionario de la Lengua Española. https://dle.rae.es/barbasco

—Cómo América Latina fue clave en la historia de la píldora anticonceptiva (y por qué nadie lo celebra). (2018, 7 de enero). BBC Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-42274170

—Guzmán, F. (2019, 12 de septiembre). Píldora anticonceptiva, de la UNAM para la humanidad. Gaceta UNAM. https://www.gaceta.unam.mx/el-anticonceptivo-de-miramontes-la-mayor-aportacion-a-la-ciencia/

—Juárez Sánchez, J. M. y Ramírez Venancio, Y. (2024, 12 de febrero). La píldora anticonceptiva, aporte revolucionario del egresado de la FQ, Luis Ernesto Miramontes. Facultad de Química, Universidad Nacional Autónoma de México. https://quimica.unam.mx/la-pildora-anticonceptiva-aporte-revolucionario-del-egresado-de-la-fq-luis-ernesto-miramontes/

—United Nations Population Fund. (2014). Population and poverty. https://www.unfpa.org/resources/population-and-poverty

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *