El acelerado ritmo de vida moderno ejerce una presión constante en las personas para ser productivas tanto tiempo como sea posible. Aunque procurar aumentar la productividad con un fin personal, escolar o laboral es un objetivo noble, el problema de las exigencias permanentes de atención y actividad demandante es que, especialmente a largo plazo, pueden terminar por afectar el ánimo de las personas y, con ello, también su capacidad de concentración, lo que, de forma paradójica, puede resultar en una reducción de los niveles personales de productividad.
Para promover un nivel óptimo de disposición anímica, que permita a los trabajadores o a los estudiantes mantener el demandante ritmo de tareas del día a día, presentamos aquí algunos consejos sencillos y probados para mantener la motivación al cumplir con las actividades de la rutina académica o laboral.
- Prestar atención al estado de ánimo propio. En inglés, existe el término flow, que define el estado mental experimentado cuando una persona se siente completamente concentrada y energizada con la tarea que está realizando (Barker, 2012). Para comenzar a dimensionar primero cómo puede procurarse el mantenimiento de la motivación al cumplir con fechas de entrega y turnos de trabajo exigentes, es necesario estar al tanto de cómo el estado de ánimo se ve afectado al realizar ciertas tareas o cómo puede cambiar en distintos momentos del día. Se trata, en este caso, de estar conscientes de la manera en que uno se siente con el objetivo de identificar cómo se presenta esa sensación de concentración y motivación plena, ya que son múltiples los factores que pueden intervenir en facilitar dicha sensación (ib.): el lugar donde se trabaja, las personas que nos acompañan en esos momentos, el tipo de tarea realizada, la hora del día. Una vez que se tiene una idea más o menos clara de los factores involucrados en el estado mental enérgico de concentración, se puede hacer una planificación de la rutina de trabajo en donde se integren, en la medida de lo posible, los elementos identificados que permiten sentirse motivado a las tareas habituales (ib.). No sólo este tipo de análisis para determinar las formas de facilitar la motivación puede aplicarse de manera periódica cada vez que se sienta necesario, sino que, además, pueden diseñarse «rituales» que involucren, incluso antes de comenzar con las actividades del trabajo o la escuela, elementos que permitan sentirse motivado (Barker, 2017), como tomar café u otra bebida, comer un alimento concreto o escuchar música energizante (ib.).
- Diseñar metas con objetivos compuestos concretos. Investigación científica amplia ha mostrado el efecto positivo que puede tener en la motivación, y en los niveles de productividad consecuentes, pensar en las actividades a realizar no como tareas aisladas, sino como partes de un proceso encaminado a un objetivo concreto (Fishbach, 2018). Para definir un objetivo de trabajo de forma concreta, es necesario evitar fijarse metas abstractas similares a «Hacer el mejor esfuerzo» o «Aprovechar cada momento del día» (ib.); por el contrario, debe procurarse ser tan específico como sea posible, al fijarse el propósito, por ejemplo, de la cantidad de páginas a escribir por día para un trabajo escolar o del período de tiempo a dedicar a cierta tarea. Al diseñar objetivos de este tipo, asimismo, puede ser de utilidad, en la medida en que la clase de actividad por realizar lo permita, dar prioridad al aprovechamiento de aquellas fortalezas individuales ―como la elocuencia, la rapidez en la escritura, la habilidad para las operaciones matemáticas― que contribuyan tanto a evitar los bloqueos relacionados con la dificultad de la tarea como a incrementar la motivación al mantenernos estimulados con un desafío adecuado para nuestro nivel de destreza (Barker, 2012).
- Interactuar con compañeros de trabajo o escuela motivados. Al sentirse atrapadas en una rutina de tareas que pueden volverse fatigosas o aburridas con el paso del tiempo debido a su repetitividad, las personas pueden experimentar una baja de motivación relacionada con la pérdida de objetivos que las impulsen a continuar realizando dichas tareas. En una situación como ésta, puede resultar útil conversar con compañeros de trabajo que tengan que cumplir con el mismo tipo de tarea o una tarea parecida con el fin de averiguar cuáles son los factores que a ellos los motivan a desarrollar las actividades en el día a día (Fishbach, 2018). Hay investigación que muestra que al escuchar y expresar las formas en que otros y nosotros lidiamos mental o físicamente con dificultades similares puede ser aliciente para un desempeño más efectivo y un nivel anímico óptimo (ib.). De la misma manera, interactuar con compañeros de trabajo hacia los que pueda sentirse admiración por su nivel de productividad o efectividad permite pedir retroalimentación sobre la manera en que uno mismo cumple con ciertas tareas que pueden resultar más dificultosas, y así puede obtenerse una coevaluación que beneficie el descubrimiento de estrategias para facilitar dichas tareas (Stahl, 2016).
- Tomar descansos. Ya que la falta de motivación nace, en particular, al cumplir con tareas que pueden volverse rutinarias y poco desafiantes (y, por tanto, aburridas), es importante dar una dimensión justa como estudiantes o trabajadores al descanso. Por contradictorio que pudiera parecer, encontrar un equilibrio adecuado para los períodos de descanso y los períodos de concentración y estrés requeridos para dar desarrollo a una actividad puede resultar en niveles de productividad más altos, ya que son esos períodos de descanso los que reducen la posibilidad de sufrir fatiga laboral (Hernández, 2022), que a la larga puede conducir a la desaparición de la motivación. Cuando uno se encuentra dedicado a una tarea y es difícil encontrar el impulso de energía necesario para continuar, puede ser de más beneficio apartarse momentáneamente de la tarea realizada para recuperar energía y poder reanudarla con el ánimo repuesto. De la misma manera, es también saludable respetar a nivel personal y laboral los períodos de vacaciones, pues no sólo ofrecen la oportunidad de retirarse del estrés acumulativo de la rutina laboral o escolar, sino también el beneficio de incrementar la motivación al retomar las actividades habituales. En un estudio conducido por el Harvard College, 55% de los trabajadores entrevistados que tomaron vacaciones del trabajo dijeron regresar a sus tareas laborales con un nivel más alto de energía que el que tenían al iniciar las vacaciones (Stahl, 2016).
Como puede verse, la motivación para afrontar la pesadez que puede llegar a representar la rutina de actividades siempre es susceptible de resultar afectada de manera negativa por la rutina misma a través de procesos que no siempre están en el control individual de las personas. Es por esta razón, sin embargo, que toma tanta trascendencia recordar que la desmotivación puede igualmente ser manejada con estrategias saludables que permiten, de forma periódica, reconectar con la energía necesaria para hacer frente a los desafíos del día a día.
Referencias
—Barker, E. (2012, noviembre). Flow: the #1 secret to enjoying your work. Barking Up the Wrong Tree. https://bakadesuyo.com/2012/11/secret-enjoying-work/
—Barker, E. (2017, julio). How to increase motivation: 4 secrets from research. Barking Up the Wrong Tree. https://bakadesuyo.com/2017/07/how-to-increase-motivation/
—Fishbach, A. (2018, noviembre). How to keep working when you’re just not feeling it. Harvard Business Review. https://hbr.org/2018/11/how-to-keep-working-when-youre-just-not-feeling-it
—Hernández, G. (2022, 21 de octubre). Aun con feriados, México sigue entre los países con menos descanso para los trabajadores. El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Aun-con-feriados-Mexico-sigue-entre-los-paises-con-menos-descanso-para-los-trabajadores-20221020-0080.html
―Stahl, A. (2016, 22 de noviembre). Seven ways to get motivated at work. Forbes. https://www.forbes.com/sites/ashleystahl/2016/11/22/seven-ways-to-get-motivated-at-work/