Ya que la decisión sobre una carrera universitaria no es solamente determinante para los conocimientos a los que una persona estará expuesta durante cuatro, cinco o seis años de su formación académica, sino también una decisión con una influencia importante en aspectos trascendentes del resto de su vida, como el lugar donde trabajará, las personas a las que conocerá y el total de sus ingresos financieros (Muñoz Vita, 2021), la importancia de la orientación vocacional entre los estudiantes es cada vez más clara, ya que en México, como es una tendencia también a nivel mundial, las personas deben alcanzar niveles educativos cada vez más altos («Tasa neta de matriculación por entidad federativa», s. f.) para poder adaptarse a las necesidades de un mercado laboral que exige formaciones más específicas y saberes muy precisos.
Curiosamente, una de las tendencias más arriesgadas entre los estudiantes que se preparan para escoger su carrera universitaria es también una de las más comunes: la de basarse en las nociones populares, muchas veces erróneas, acerca de las carreras más redituables (Ayza, 2023), lo que puede conducirlos a entrar a una de las carreras más demandadas del país, lo que puede volverla también una de las más competidas en el mercado laboral y, por tanto, no tan bien pagada como los estudiantes habrían esperado, debido a la sobreabundancia de egresados y las pocas oportunidades laborales para responder a tal número de graduados (ib.).
Como hemos visto anteriormente, tomar en cuenta la personalidad de cada estudiante, sus fortalezas y sus propios proyectos personales debe tener una prioridad que no siempre se le concede. Esta prioridad queda explicada por un fenómeno novedoso en décadas recientes entre la fuerza laboral: al momento de seleccionar un empleo, ocho de cada 10 trabajadores conceden más importancia en la actualidad al equilibrio entre la vida personal y el trabajo que a los salarios ofrecidos («Has work-life balance become more valuable», s. f.) y el 54% de los candidatos laborales prestan más atención a la satisfacción que un trabajo podría brindarles que el ingreso que podría ofrecerles (ib.).
Y es que no se trata de un dato vacío: una mayor satisfacción y la sensación de propósito son factores clave para predecir la permanencia de los empleados en sus trabajos (Fishbach, 2017), lo que trae a la mesa la cuestión de selección de carrera entre los estudiantes. Al basarse exclusivamente en una proyección profesional basada en los ingresos financieros, sin considerar el gusto que podría tenerse por la profesión ejercida, los estudiantes se vuelven más propensos a abandonar puestos de trabajo con regularidad, sin importar qué tan bien remunerados se encuentren, una vez que se han integrado al mundo laboral. Es decir, la consideración de la personalidad y las fortalezas de cada uno en la selección de una carrera universitaria y profesional es una manera de abonar no sólo a la satisfacción general de cada uno con su vida, sino también a la estabilidad laboral y a la sensación de realización personal en el trabajo, ya que entonces se puede tener la seguridad de llevar a cabo tareas que son compensatorias no sólo económica, sino también personalmente.
Con estos datos en mente, ofrecemos aquí algunos consejos útiles para elegir una carrera universitaria cuyo panorama de posibilidades profesionales sea satisfactorio para cada estudiante:
1. Examinarse a uno mismo. Como ya se ha dicho, el paso más efectivo para comenzar con el proceso de selección de una carrera es determinar cómo le gustaría a cada uno pasar su tiempo laboral, que en promedio podría representar una tercera parte de la vida («How to choose a career», s. f.). Para hacerlo, es útil preguntarse no sólo qué es lo que interesa a cada uno (sobre qué se disfruta aprender, cómo se pasa el tiempo libre, si se disfruta el trabajo físico o el mental), sino también qué es lo más importante para cada uno (cuáles son las prioridades de cada uno, si hay algún proyecto en el que le gustaría a uno participar socialmente) y cuáles son las habilidades propias que a cada uno le gustaría desarrollar (ib.).
2. Pensar en las metas a largo plazo. Definir metas personales y profesionales a largo plazo es un paso importante para imaginar la vida que a cada uno le gustaría tener con base en su carrera. Algunas preguntas que pueden formularse para pensar en estas metas a largo plazo: ¿qué puesto le gustaría a uno ocupar dentro de una compañía?, ¿qué tipo de responsabilidades estaría cómodo asumiendo?, ¿dónde le gustaría vivir, y en qué tipo de vivienda?, ¿le gustaría ser capaz de viajar, y qué tan seguido?
3. Investigar el panorama laboral. Una vez que se ha fijado una idea clara de lo que a uno le gustaría hacer durante su carrera profesional, puede comenzar la tarea de investigación del mercado laboral. No se trata simplemente de basarse en las carreras con el mayor número de estudiantes o aquellas que han reportado de manera reciente los mejores ingresos, ya que ambos de esos datos pueden inducir a error (Ayza, 2023). Si lo que se busca es definir una carrera donde se pueda tener estabilidad laboral, por ejemplo, se podría investigar cuáles industrias seguirán creciendo dentro de los próximos 10 o 15 años («How to choose a career», s. f.) e intentar emparejar los resultados de esa investigación con los intereses personales.
4. Mantener la disposición de aprender y redireccionarse profesionalmente. Un punto omitido con regularidad al hablar de consejos sobre orientación vocacional es la capacidad de redireccionar la decisión tomada originalmente, para lo que se requiere mantenerse abierto al aprendizaje. El objetivo es estar consciente de que la formación profesional no queda definida por la universidad. Incluso si se escoge una carrera con un mercado laboral limitado, la formación a través de cursos como los que el internet ha vuelto accesibles desde cualquier punto del mundo permite complementar la educación universitaria para poder optar por puestos laborales más allá del área estudiada en la universidad (Muñoz Vita, 2021). Ya que el mundo laboral moderno, aun cuando las personas ya se han integrado a una empresa, permite y requiere el constante aprendizaje de nuevos conocimientos y habilidades, la formación personal y profesional es un proceso sin fin, lo que nos hace enfatizar la importancia de que aquello sobre lo que uno esté dispuesto a aprender por el resto de la vida sea algo que uno de verdad disfrute. Para evitar considerar el aprendizaje como algo aburrido, las mejores herramientas existentes son los intereses y deseos de cada uno, que deben ser tomados en cuenta al determinar algo tan importante como la carrera del resto de su vida.
Referencias
—Ayza, L. (2023, 24 de julio). Orientación vocacional, talón de Aquiles del desarrollo profesional en México. El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Orientacion-vocacional-talon-de-Aquiles-del-desarrollo-profesional-en-Mexico-20230723-0009.html
—Fishbach, A. (2017, 13 de enero). In choosing a job, focus on the fun. The New York Times. https://www.nytimes.com/2017/01/13/jobs/in-choosing-a-job-focus-on-the-fun.html
—Has work-life balance become more valuable than pay and promotion? (s. f.). MichaelPage. https://www.michaelpage.co.uk/advice/career-advice/being-happy-work/work-life-balance-pay-and-promotion
—How to choose a career: 7 ways to narrow your options. (s. f.). Coursera. https://www.coursera.org/articles/how-to-choose-a-career
—Muñoz Vita, A. (2021, 13 de febrero). Cómo elegir carrera profesional en mitad del caos. El País. https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/02/12/fortunas/1613158653_209302.html
—Tasa neta de matriculación por entidad federativa según nivel educativo, ciclos escolares seleccionados de 2000/2001 a 2021/2022. (s. f.). Instituto Nacional de Estadística y Geografía. https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=Educacion_Educacion_09_5771f5b8-2b01-4776-8609-9b1de106ea1f