Como se ha visto antes, la esclavitud no fue un sistema de abuso y denigración ajeno al México antiguo, al que los colonizadores españoles llegados a partir del siglo XVI introdujeron a la fuerza, junto a las especies, inventos, costumbres y cultura traídos de Europa, a 12.5 millones de esclavos afrodescendientes entre el inicio de la Conquista y hasta finales del siglo XIX (Secretaría de Cultura, 2019), lo que resultó en que en las ciudades más importantes de la Nueva España los esclavos llegaran a representar hasta un tercio del total de la población (Sala, 2020). ¿Cómo puede explicarse que un sistema económico tan fuertemente abastecido por medio de prácticas inhumanas durante tres siglos en el territorio que después se llamaría México llegara a su fin gracias a la iniciativa de Miguel Hidalgo, que murió fusilado en 1811, sólo un año después de haber dado comienzo a la guerra de Independencia?
La respuesta a la pregunta, por supuesto, exige comprender que no fue un proceso inmediato ni sencillo, a pesar de que se fijen fechas concretas para celebrar la abolición de la esclavitud decretada por Hidalgo. Después de haber dado el Grito de Dolores con el que inició el levantamiento por la Independencia el 16 de septiembre de 1810, el poder de convocatoria de Hidalgo y sus aliados fue tan grande que en sólo dos meses el ejército insurgente que conformaron avanzó por el país y tomó por la fuerza el control de tres de las ciudades más pobladas del virreinato y donde circulaba el mayor volumen de capital: Guanajuato, Valladolid y Guadalajara (Decreto de abolición de la esclavitud, s. f.; Olveda Legaspi, 2013).
Cuando Hidalgo y su ejército entraron en Valladolid, que es la actual ciudad de Morelia (Decreto de abolición de la esclavitud, s. f.), y tomaron el control de la ciudad, a mediados de octubre de 1810 (ib.), Hidalgo ordenó al intendente ―un cargo similar en la Nueva España al actual puesto de presidente municipal― de la ciudad, José María de Anzorena, que emitiera un decreto donde se indicara que todos los esclavos debían ser liberados de inmediato y que, en caso de no hacerlo, los dueños de dichos esclavos se harían acreedores a la pena de muerte y a la confiscación de sus bienes (Mundum del bando de Miguel Hidalgo aboliendo la esclavitud, s. f.: 143; Olveda Legaspi, 2013). Así fue cómo apareció, el 18 de octubre de 1810 (ib.), este primer documento redactado por orden de Hidalgo exigiendo la liberación de los esclavos novohispanos. Sin embargo, ya que el levantamiento armado de Hidalgo había iniciado recién un mes atrás y su autoridad para expedir documentos legales válidos no era reconocida por el gobierno de la Nueva España (Olveda Legaspi, 2013), así como debido al hecho de que este primer llamado tuvo un impacto muy limitado al ser difundido solamente por medio de bandos, que eran hojas impresas similares a volantes (Decreto de abolición de la esclavitud, s. f.: 2), los esclavistas pudieron ignorar el decreto de Hidalgo para continuar en posesión de sus esclavos (Olveda Legaspi, 2013).
Más de un mes después de su entrada en Valladolid, el 26 de noviembre de 1810, el ejército de Hidalgo entró a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, con un historial creciente de victorias militares sobre las fuerzas que defendían la conservación del régimen virreinal español (Decreto de abolición de la esclavitud, s. f.: 2). Establecido en Guadalajara, otro de los centros urbanos más importantes de la Nueva España, Hidalgo emitió una serie de decretos destinados a corregir las injusticias que percibía en la sociedad colonial (ib.). Fue así como el 6 de diciembre refrendó el decreto emitido en Valladolid en un segundo documento donde, además de establecer un plazo máximo de 10 días para que los dueños de esclavos los liberaran en los territorios conquistados por su ejército independentista (op. cit.: 3), declaró abolida también la obligación al pago de tributos de las distintas castas en que las personas eran clasificadas de acuerdo con la etnia de su ascendencia (Hidalgo y Costilla, 1810; Mundum del bando de Miguel Hidalgo aboliendo la esclavitud, s. f.: 143). Una vez más, de acuerdo con este decreto, los dueños de esclavos que desacataran la indicación recibirían la pena de muerte (ib.).
Aunque es imposible negar el principio de caridad cristiana expuesto por Hidalgo al declarar la venta de personas, sin importar su lugar de procedencia, como un acto cruel e inevitablemente injusto, pudo haber otros factores que influyeron su determinación de abolir la esclavitud en el proyecto de nación que deseaba para el territorio que años después se convertiría en México.
Además de las ideas de igualdad jurídica inherente entre las personas que presentaron los filósofos franceses de la Ilustración, de las que Hidalgo (que fue un popular lector de autores franceses) era probable conocedor, para el inicio del siglo XIX el esclavismo ya estaba perdiendo fuerza como sistema económico en la Nueva España, debido al impulso que tomó desde finales del siglo XVIII el capitalismo (Olveda Legaspi, 2013), que había vuelto más conveniente para los empresarios contratar trabajadores libres en lugar de comprar esclavos, ya que la manutención y administración de esclavos requería una cantidad de dinero mayor a la requerida para cubrir los bajos salarios de los trabajadores libres (ib.). De esta forma, de a poco los esclavos fueron relegados a labores domésticas en las casas de las familias ricas, en tanto los capitalistas aprovechaban el libre comercio novedoso para invertir en empresas mercantiles, agrícolas y mineras (ib.).
Asimismo, la liberación de los esclavos servía como una estrategia política, económica y militar de Hidalgo, ya que, de cumplirse, lograba debilitar el patrimonio de los dueños de esclavos, ya que después de todo fue la confiscación de los bienes de españoles como los esclavistas lo que sirvió para financiar el levantamiento armado de grupos cada vez más numerosos de personas empobrecidas en el sistema colonial (Olveda Legaspi, 2013), así como evitaba también que esos esclavos fueran forzados por sus dueños a luchar como soldados contra el ejército de Hidalgo (ib.). De hecho, un punto clave entre las críticas de los intelectuales conservadores del siglo XIX tras la publicación del decreto de abolición de la esclavitud de Hidalgo era justamente que ordenar la liberación de los esclavos sin ofrecer a sus dueños ningún tipo de indemnización era un ataque a la propiedad privada (ib.).
Más allá de los razonamientos de Hidalgo para concebir un país donde todos los individuos fueran iguales ante la ley sin importar sus diferencias de raza, la nobleza de la medida es indiscutible. Aunque Hidalgo murió fusilado en 1811, sus ideales fueron retomados en documentos determinantes de la lucha independentista, como los Sentimientos de la Nación (1813) escritos por José María Morelos y la Constitución de Apatzingán de 1814 (Decreto de abolición de la esclavitud, s. f.: 3). Una vez que la independencia de México frente a España fue consumada, la abolición de la esclavitud fue decretada con validez oficial el 15 de septiembre de 1829 por el segundo presidente de la historia del país, el afromexicano Vicente Guerrero (ib.), que contempló además la indemnización para los dueños de esclavos con el objetivo de no afectar su derecho a la propiedad (Olveda Legaspi, 2013).
Como puede verse, y como queda evidenciado por el hecho de que la abolición de la esclavitud continuó siendo discutida en México a lo largo de todo el siglo XIX y que debió incluso ser consignada ya entrado el siglo XX, en la Constitución de 1917 promulgada tras la Revolución mexicana (Olveda Legaspi, 2013), una noción de aparente sentido común como el garantizar la libertad e igualdad jurídica de todas las personas suele ser producto de voluntades dispuestas a sobreponerse sobre todas las dificultades e injusticias. No hay libertad, por tanto, que pueda darse por sentada.
Referencias
—Hidalgo y Costilla, M. (1810). Bando de Miguel Hidalgo para la abolición de la esclavitud [versión electrónica]. https://drive.google.com/file/d/1bROqBxontnzowM7rQ-g25ri6rJ0gTQUi/view?usp=sharing
—Decreto de abolición de la esclavitud por Miguel Hidalgo: 29 de noviembre de 1810 [versión electrónica]. (s. f.). Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
—Mundum del bando de Miguel Hidalgo aboliendo la esclavitud, Valladolid, 18 de octubre de 1810 [versión electrónica]. (s. f.). https://drive.google.com/file/d/1YxTlae-5ZBAkzQPGJPuImOwtxQpylBmg/view
—Olveda Legaspi, J. (2013). La abolición de la esclavitud en México, 1810-1917. Signos Históricos, 15(29). https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-44202013000100001
—Sala, À. (2020, 5 de mayo). La vida de los esclavos africanos en el México del siglo XVI. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/vida-esclavos-africanos-mexico-siglo-xvi_15305
—Secretaría de Cultura. (2019, 21 de octubre). Esclavitud de africanos y afrodescendientes en la Nueva España. Gobierno de México. https://www.gob.mx/cultura/articulos/esclavitud-de-africanos-y-afrodescendientes-en-la-nueva-espana?idiom=es