La importancia de la alfabetización

Durante su decimocuarta sesión, celebrada el 26 de octubre de 1966, la Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró el 8 de septiembre como Día Internacional de la Alfabetización, con lo que se pretendía enfatizar entre sus Estados miembros la importancia de una ciudadanía instruida y capaz de leer y escribir para objetivos cardinales en el panorama mundial como la erradicación de la pobreza y la garantía de la paz y la democracia (CNDH).

Es sabido que cuanto mayor es el nivel de escolaridad de la población de un país, mayor será también su competencia profesional y, por tanto, también su ingreso económico por persona, ya que vivimos en un mundo cada vez más interconectado donde las habilidades profesionales nacidas y nutridas durante el proceso educativo toman cada vez más relevancia. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un solo año más de escolaridad en el promedio poblacional de un país puede representar un incremento de entre 4 y 7% en el producto interno bruto (PIB) per cápita de dicho país (Universidad Nacional Autónoma de México).

Una forma especialmente reveladora y eficaz de convencerse de la importancia de la alfabetización como eje central de la educación a nivel mundial es observar lo que sucede en las sociedades cuando los ciudadanos carecen de tales capacidades de lectoescritura, incluso a nivel nacional. En México, cerca de la mitad de los 4.5 millones de personas que no saben leer ni escribir (INEGI, a; Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, 2018) pertenecen a estados que no sólo tienen niveles de años de escolaridad menores al promedio nacional (que es de 9.74 años; INEGI, b), sino también ingresos per cápita también menores que el promedio nacional, que es de $139,597 (INEGI, c): Chiapas (promedio de escolaridad de 7.78 años, PIB per cápita de $46,146), Veracruz (promedio de escolaridad de 8.75 años, PIB per cápita de $94,423), Oaxaca (promedio de escolaridad de 8.12 años, PIB per cápita de $61,305) y Puebla (promedio de escolaridad de 9.16 años, PIB per cápita de $91,146).

De nuevo, lo que estas cifras muestran es la relevancia de no ceder en los esfuerzos por educar a la población, entendiendo que la educación misma no es sólo una inversión para el desarrollo profesional formal de los individuos, sino también la herramienta a través de la cual pueden mejorarse las condiciones de vida en sociedad. En el mundo existen 773 millones de adultos que no saben leer y escribir (UNESCO), y ya que el mundo moderno requiere habilidades cada vez más especializadas para avanzar profesionalmente, no estará nunca de más recordar que la base indispensable de toda educación técnica y especializada no puede ser otra que la alfabetización.

Con este compromiso mundial por dar a la educación su puesto prioritario en cuanto a las necesidades de toda sociedad humana, la UNIDEV refrenda también sus esfuerzos y su compromiso particular por ofrecer a los ciudadanos mexicanos interesados en continuar su desarrollo personal y profesional un plan de estudios integral con el que poder concluir sus estudios de nivel medio superior.