Sonora

La frontera con Estados Unidos del estado de Sonora le ha permitido convertirse en un punto turístico, comercial e industrial de gran importancia en el país. La identidad fronteriza que se ha moldeado a partir de la constante interacción entre los visitantes estadounidenses que entran al estado para conseguir productos a más bajo costo o con menos restricciones que los existentes en su país de origen y los sonorenses que ofrecen mercancías llegadas desde todos los otros estados del país le ha dado desde hace décadas a Sonora características culturales muy particulares como punto de cruce entre dos sociedades.

El inevitable impulso económico que conlleva tener una frontera con Estados Unidos le ha permitido a Sonora convertirse en un foco de producción de maquinaria que es más tarde exportada principalmente hacia el norte del continente y una puerta de oportunidades para mexicanos de otros estados que llegan a Sonora buscando desarrollarse profesionalmente entre sus sectores industrial y comercial.

Esta consolidación de Sonora como punto de conexión económica ha favorecido que sea uno de los estados del país con el mayor índice de urbanización, ya que el 88% de su población habita áreas urbanas, muy por encima del 79% de la población que en todo el país vive en este tipo de zonas.

Aunque esta convivencia con una cultura visitante que impulsa a los ciudadanos a establecerse en centros urbanos para conseguir mejores opciones laborales ha contribuido a una relativa uniformidad de la población, ya que en el estado sólo el 2% de la población mayor de tres años habla alguna lengua indígena (a pesar de que Sonora ha sido un estado asociado popularmente a sus poblaciones mayo y yaqui), también ha favorecido un acceso generalizado a recursos educativos que permiten a los sonorenses seguir desarrollándose en un estado con demandas profesionales cada vez más especializadas debido a su enfoque industrial. Esto explica, por ejemplo, que Sonora tenga uno de los grados de escolaridad más altos del país, con un promedio de 10.4 años de escolaridad entre sus habitantes, lo que quiere decir que, en promedio, los sonorenses abandonan sus estudios hasta terminado el primer año de nivel bachillerato.

Es imposible no relacionar esta atención al sector educativo en el estado con su bonanza económica, ya que, a pesar de que Sonora concentra sólo al 2.3% de la población total del país, su aportación al producto interno bruto (que es el cálculo anual del valor monetario de todos los bienes y servicios generados) nacional es del 3.6%. Asimismo, Sonora es el quinto estado del país con el PIB per cápita más alto del país, con un ingreso anual promediado por habitante por encima de los $179,000 pesos, más de $50,000 más que el promedio nacional de $127,000.

Más allá de las circunstancias de cercanía a un país como Estados Unidos que facilita el establecimiento de relaciones comerciales e industriales de relevancia, resulta evidente que la atención a las necesidades educativas de la sociedad, sin importar la ubicación de sus habitantes, es esencial para abonar a su desarrollo profesional y bienestar económico. Es este hecho el que permite a la UNIDEV mantenerse vigente en su compromiso de ofrecer a sus estudiantes acceder fácilmente a un plan educativo de calidad para completar sus estudios de nivel bachillerato desde cualquier punto del país apenas teniendo un dispositivo conectado a internet.

En Sonora, como en toda la República, la UNIDEV refrenda su compromiso para con sus estudiantes innovando la educación en México.