Tamaulipas

Después de la llegada de los conquistadores españoles a lo que hoy es México, su atención se centró especialmente en el establecimiento de poblaciones en el centro y sur del país, donde pronto se tuvo conocimiento de los yacimientos de metales preciosos y la riqueza natural que podían exportarse a Europa. No fue sino hasta décadas después de la conquista de México-Tenochtitlan en 1521 que hubo esfuerzos enfocados en la conquista e integración del territorio norte del país a la Nueva España.

En este escenario, Tamaulipas tiene un lugar especial en la historia de la Conquista precisamente por la resistencia que las comunidades indígenas mostraron desde el comienzo a la llegada de los españoles: debido a las continuas rebeliones indígenas en la región (especialmente de grupos apaches), los colonizadores mostraron poco interés en asentarse ahí, y no fue sino hasta 1554, más de 30 años después de la conquista del imperio azteca, que se formó la primera población permanente de españoles en Tamaulipas, en Tampico.

Hoy en día, el estado de Tamaulipas, como los otros estados de la frontera norte del país, ha sido influido enormemente en sus características socioeconómicas por la proximidad con Estados Unidos que le da el estado de Texas. Como es usual en las comunidades que tienen frontera con Estados Unidos, en Tamaulipas la actividad económica que más contribuye a su producto interno bruto (o PIB, que es el valor monetario de todos los bienes y servicios generados a lo largo de un año) es el comercio, debido en gran medida a los productos salidos de las maquiladoras que son exportados para su distribución en Estados Unidos.

El crecimiento industrial de las últimas décadas en Tamaulipas gracias a la influencia de las compañías estadounidenses que se sirven de los productos generados con la mano de obra mexicana de este lado de la frontera puede también verse en la aportación del estado al PIB de todo México, que es del 3.1%, a pesar de que el estado sólo contiene el 2.8% del total de la población del país. Asimismo, puede constatarse en la conformación del territorio del estado, donde el 90% de los tamaulipecos vive en áreas urbanas, cerca de los centros de trabajo de la industria maquiladora.

En términos de educación, Tamaulipas tiene un grado de escolaridad de 10.1 años, lo que quiere decir que los estudiantes tamaulipecos en promedio abandonan sus estudios poco después de haber completado su primer año de preparatoria, lo que ubica al estado por encima del promedio nacional de 9.7 años de escolaridad. Tamaulipas se encuentra también por encima del promedio nacional en cuanto al PIB per cápita (es decir, el valor monetario generado en promedio por cada habitante), ya que el promedio nacional de los ingresos generados por habitante en un año es de $127,425, en tanto que en Tamaulipas ese promedio es de $129,590. La relevancia de este dato reside en el hecho de que, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un solo año adicional en el grado de escolaridad de un país puede incrementar su PIB per cápita entre 4 y 7%.

Como puede verse, a pesar de las circunstancias favorecedoras que factores como la influencia económica de compañías extranjeras puede tener en el estatus socioeconómico de una comunidad o un estado, es imposible subestimar la importancia que tiene el grado de escolaridad de los miembros de la sociedad para su bienestar económico. Esta convicción de que un alto grado de educación entre los ciudadanos siempre conducirá a una mayor estabilidad y oportunidad profesional es la que impulsa a la UNIDEV a ofrecer a sus estudiantes, desde cualquier punto del país, la posibilidad de completar sus estudios de nivel bachillerato apenas contando con un celular conectado al internet, con un plan de estudios completo que puede estudiarse en apenas cuatro meses con libertad de horario.

En Tamaulipas, como en toda la República, la UNIDEV refrenda su compromiso para con sus estudiantes innovando la educación en México.